La travesía de vender discos en la era digital

Conseguir ser el disco más vendido de la historia musical se convierte en toda una ilusión para un artista contemporáneo. Han pasado 30 años cuando Michael Jackson en 1982 lo logró con “Thriller” y desde entonces no ha llegado un sucesor. Tampoco ha nacido ninguna agrupación o cantante que supere el récord de The Beatles y sus 400 millones de unidades vendidas en toda su carrera. Y tiempo ha pasado, exactamente 42 años. La lista Billboard lo registra anualmente en un santiamén en estos tiempos cuando la revolución digital pudiera alimentarle alguna esperanza a los cantantes. La ausencia de una producción discográfica al nivel de la era dorada del rock y el pop —de 1960 a finales de 1980— que impacte en el mercado, en voz de los especialistas, tiene su origen en la tecnología, en esa lucha por disminuir el efecto “viral” de internet, tanto en piratería como en medios legales de compra y venta de música online. The Beatles ni Michael Jackson se vieron afectados por las descarga de discografías completas y canciones gratis, obtenidas en un abrir y cerrar de ojos en formato MP3. Así se escuda la industria musical sus actuales cuentas. Por ejemplo, en la última década Norah Jones con “Come away with me” (2002) logró vender 10 millones 797 unidades. Bien lejos de los 65 millones de “Thriller”. Luis Capecchi, gerente de marketing para Sony Music Venezuela, sostiene que la venta del disco en físico es prioridad para la compañía y siguen confiando en el como vehículo para masificar la música. “No puedo decir exactamente cuánto más durará, si 1, 2 ó 10 años, pero sí estoy seguro que a los seguidores de la música les gusta tener un producto de alta calidad, palpable, como el disco compacto. Nos adaptamos muy bien a la era tecnológica en cuanto a la promoción de nuestros productos utilizando las redes sociales, pero en Sony Music nos inclinamos por conservar el disco en físico”, dijo. En 2003, 50 álbumes debut considerados principales (de nuevos artitas) registraron a nivel mundial 180 millones en ventas, mientras que en 2010 éstas cayeron a 11 millones, reduciendo los ingresos un 77% en los siete años reseñados. El cambio es irreversible y tajante, y aunque las mayores ganancias son obtenidas de estrategias alternas como giras de conciertos, los exponentes de la música ya comercializan con servicios de compra legal por internet, como iTunes. Sellos como Warner Music están incorporando nuevos conceptos online. “Los socios del sello en nuestro país fueron pioneros durante el tránsito del formato de vinilo al formato compacto y actualmente están a la vanguardia con el lanzamiento de www.ichamo.com, el primer portal de internet venezolano creado para realizar descargas legales de música. Artistas emergentes tienen la posibilidad allí de comercializar su música y el internauta cancela un precio módico por el tema que escoja en el portal”, reveló José Rafael Rodríguez, jefe de prensa de ICR-Warner Music Venezuela. Sobre la evolución del formato, que iría de plástico a MP3 —impalpable—, Rodríguez aseguró que las exigencias del público venezolano son abarcadas eficazmente. Del lado de los artistas, algunas agrupaciones ya se han unido a la revolución, como una de las más grandes: Radiohead. El 10 de octubre de 2007 lanzaron su séptimo trabajo de larga duración, “In rainbows”, en formato digital. Sin embargo, el suceso que ocasionó el lanzamiento fue un acontecimiento que ha causado molestias en demasía a muchos grupos: la filtración de material en internet. Algunos temas se colaron, adelantándose a la fecha, y fue entonces cuando decidieron “filtrarlo” por completo, cobrando lo que el fanático considerara justo pagar online. Para efectos de calidad, puede decirse con propiedad que no existe, ni existirá de nuevo, una banda como Los Beatles, o un icono como Michael Jackson, quien marcó con metrónomo el patrón que seguiría el pop tres décadas más tarde gracias a su álbum “Thriller”. Luego de tan impactantes producciones inmortalizadas, ¿quedan en deuda los artistas de esta generación? Ante el inminente cambio en el rito de comprar discos, solo queda esperar un desenlace que cubra las expectativas de un público mucho más instantáneo que el de antes, aunque para sacar un buen álbum no hay excusas de tiempo ni distribución. “El disco compacto es una costosa tarjeta de presentación. Estamos en crisis, porque para resurgir hay que ser parte de una gran disquera , y en Venezuela el comercio online no es una realidad”, sentenció Pablo Dagnino, vocalista de Los Pixel.